viernes, 22 de mayo de 2009

Destino inevitable


Destino inevitable

Benjamin Gonzalez Ornelas


Del cementerio se trajo el espiritu negro,

aquel que tiemblas al nombrarlo.

Se monto sobre sus hombros y

esperando el momento oportuno,

para tocarlo en la espina dorsal,

y efectuar su trabajo.


Mientras caminaba con

tan amarga carga, sin el siquera saberlo,

empezo a sentir un dolor en el pecho, muy fuerte.


Que cansancio, que dolor,

que profunda pena.

haber perdido a su padre,

aquel que le aconsejaba,

que le repndia cuando lo requerfia.


Y ese dolor, sera de cansancio?

sera de la perdida..?

las piernas se le doblaban,

y arrastraba las pisadas.


Huff penso..

que este dolor que me atañe y me

hunde y aflije como una daga en el pecho..?

que es esta afliccion que no me deja respirar,

esta cienega pantanosa que interrumpe mi andar,

que anhega mis pies, que enloda mi alma.


La muerte escuchaba, y analizaba,

que es este nebuloso destino frio

que ha plagado mi vida,

este recorrer insulso, que me aletarga mis camino.

lento, perezoso,

y este dolor, estas lagrimas que no paran de brotar,


El dedo sin piel y sin carne,

salio de la tunica negra,

negra de un color firme y de un olor

nauseabundo.

Toco la espina dorzal de Jacinto,

doblo sus rodillas,

y cayo en el profundo sueño...

el dolor fisico y espiritual

se acabo.

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